lunes, 19 de marzo de 2012

LOS FOTÓFAGOS

            No me refiero a ningún tipo de microorganismo que se alimente de luz, que quizás sea uno de los alimentos del alma, sino a un tipo de ser humano que parece alimentarse de fotografías demostrando con su práctica un apetito voraz. Tradicionalmente los japoneses han sido los mayores fotófagos del género humano y son realmente los que más mérito tienen puesto que ya eran fotófagos cuando la fotografía era analógica y no digital.  Sin embargo, esta práctica nos ha ido colonizando a la par que la cámaras niponas inundaban nuestro mercado y se hacían más accesibles para nuestros bolsillos.



 El auge de la fotofagia está íntimamente ligado al  de la fotografía digital. Esta técnica permite darle al botón de forma compulsiva al objeto de recoger el más mínimo detalle o bien realizar un reportaje completo del evento desde todos los ángulos y segundo a segundo. Con la fotografía analógica uno estaba limitado por el número de fotografías del carrete  así como por el precio del revelado. Esto le hacía a uno pensar bien la fotografía a realizar y permitía compatibilizar esta actividad con la percepción completa del momento. Pero esto a los japoneses parecía no limitarles. Claro está que nosotros solo veíamos a unos pocos de japoneses, concretamente aquellos que podían costearse un viaje de más de diez mil kilómetros cuando no existían líneas de vuelo de bajo coste. Por otra parte, cuando uno hace un viaje tan largo seguro que llega a un lugar muy diferente que el de origen y que todo a uno le sorprenda y pretenda retratarlo. Pero bueno, no vamos a quitarle a los japoneses el inmenso honor de ser los primeros seres fotófagos pluricelulares.



Los fotófagos se caracterizan por vivir la vida a través de un objetivo, el de la cámara, sin más objetivo que el que su cámara capte toda la realidad. Así pues, como hábito, pasan de intentar sentir un momento a retratarlo, de vivirlo a captarlo. Supongo que posteriormente cuando revisan los centenares de fotografías que caen como promedio  por cada evento, intentarán reconstruir la historia del mismo. Lo que dudo es que sean capaces de reconstruir, de vivir, las sensaciones del momento en el que se produjo la fotografía. Creo que eso sólo lograrán hacerlo unos pocos. Así pues, hagan  ustedes fotografías, pero vivan también el momento a través de sus propios sentidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario